Archivo de la etiqueta: Prensa & Publicaciones
Un perro encuentra a un hombre ensangrentado y malherido en el bosque de Bellver 06,10,2022
Que Ayuntamiento mas inutil 02
Fotos de JOAN BONNIN 2022.
Jardines de Mallorca a lo largo del tiempo 03,10,2022
La Isla no ha sido ajena a la evolución de estos espacios, que en todas las civilizaciones han mantenido el vínculo con la naturaleza
Mallorca no es ajena a la evolución de los jardines, entendidos casi desde el principio de la Historia como una necesidad. Júlia Roman, profesora de Historia del Arte en la UIB y especialista en la materia, explica que «en todas las civilizaciones, el hogar ha estado relacionado con un jardín para mantener el vínculo con la naturaleza y disponer de un espacio de ocio, placer y relajación. Ramon Llull ya habla del verger como espacio para la reflexión filosófica y teológica». La Biblia se inicia con el paraíso, palabra que procede del persa y que se refería a un lugar con muchos árboles y flores. Las alfombras persas reproducen las geometrías de los jardines de ese país. Y los persas influirán en los musulmanes en su gusto por los espacios ajardinados.
Roman señala que «en los mosaicos de las basílicas paleocristianas de Mallorca ya encontramos representaciones de jardines en las que las palmeras son protagonistas. La Madina Mayurqa musulmana contaba con espacios cultivados, huertos y jardines. La Almudaina tenía su jardín y lo mismo ocurría con casas de ese barrio principal. En estos casos se trataba de jardines particulares y sencillos. Ya en la dominación catalana, en el siglo XIV se crea, ocupando más o menos el espacio actual, el original Hort del Rei, con huerto, frutales, emparrados y pedrissos, todo para el disfrute del rey. En el siglo XVI, con la influencia del Renacimiento, se incorporan una gruta artificial, una pequeña escultura ecuestre, un espacio para juegos y una fuente».
La historiadora añade que «la Llonja también tenía su jardín, en este caso con naranjos, como el Pati de Tarongers del Palau de la Generalitat, en Barcelona. Igualmente, el Palau Episcopal contaba con su jardín. El que conocemos en la actualidad es sólo una parte. Debemos tener en cuenta que, en esos siglos, la palabra jardí apenas se usa en catalán, siendo más frecuentes verger u hort, y que el naranjo adquiere protagonismo en el jardín mediterráneo desde la Edad Media, pues era un árbol aclimatado al Mediterráneo y aportaba el conocido aroma de su floración. Llegamos al punto en que naranjos y una fuente son los elementos esenciales del jardín mediterráneo».
Con el Renacimiento, y como ya se ha apuntado antes, se introducen nuevos elementos en el jardín, considerado ya como un espacio artístico: esculturas, trazados en cruz, especies como el boj y el mirto, y se le dan formas recortadas a la vegetación presente. La conocida distribución geométrica de los jardines es una influencia italiana del siglo XV que se prolongará en las centurias posteriores.
Júlia Roman indica que «con el siglo XVIII llegan los paseos públicos, como son en Palma el Camí de Jesús i les Quatre Campanes y el Passeig des Born, pero, con el paso del tiempo, se pone en marcha otro proceso: la progresiva urbanización de la ciudad devora los jardines particulares existentes, por lo que que los propietarios los potencian en sus possessions de la Part Forana». Roman enumera algunos de los jardines de possessions más destacados, unos más conocidos y otros no tanto: Raixa (Bunyola), Alfàbia (Bunyola), Son Berga (Establiments-Palma), sa Granja (Esporles), Son Vic de Superna (Puigpunyent), Son Angelats (Sóller), Son Curt (Alaró), Son Fortesa (Puigpunyent), Son Moragues (Valldemossa), Son Marroig (Deià) o sa Coma (Valldemossa).
La profesora de la UIB destaca que «los jardines de las possessions son parte del espacio vital del senyor. No obstante, se concilian perfectamente el aspecto más ocioso del jardín y la vertiente productiva de la finca. No entran en conflicto, Al contrario, mantienen un perfecto equilibrio. En los conocidos jardines de Alfàbia, el jardín ha ido ocupando espacios que eran del huerto, pero se mantuvo el sistema hidráulico para que éste siguiera recibiendo el agua necesaria. Al final, el jardín caracteriza el paisaje cultural de Mallorca».
Romanticismo
Con el Romanticismo, en el siglo XIX, apunta Roman, «los jardines tienden a un aspecto más natural, con recorridos sinuosos, se deja de lado el diseño geométrico anterior y crece el interés por la frondosidad, los árboles grandes y nuevas especies que se van conociendo con la expansión de la botánica. Los naranjos pierden su protagonismo. Possessions como Canet -en Esporles- o Alfàbia incorporan lagos. Raixa, con posterioridad al cardenal Despuig, extiende su jardín por sa Muntanyeta y construye su famoso safareig. Se crean miradores de estilo neoárabe y grutas artificiales, y se levantan torres que no existían. También se reutilizan materiales para ofrecer una imagen de antigüedad».
En cuanto a los espacios públicos de Palma, en la primera mitad del siglo XIX se crea el Jardí Botànic de la Misericòrdia, que era más grande que el actual, extendiéndose hacia la Plaça de Santa Magdalena. De esa época data el ficus monumental que hoy conocemos. A finales del mismo siglo, la parte más próxima a Santa Magdalena desaparece para construir la Costa de la Sang. A mediados del mismo siglo, se había creado el jardín de la Plaça de la Reina.
Finalmente, Júlia Roman comenta que «en el barrio de El Terreno, numerosas casa tenían jardín, aunque fueran un corral con un limonero, pero también podían encontrarse macetas, fuentes y pequeñas esculturas. En su mayor parte han sucumbido a los procesos urbanizadores. Por contra, jardines como el de Alfàbia han recibido visitas desde el siglo XIX y han mantenido su encanto y carácter. En este sentido, las visitas han servido decididamente para su conservación. Por su parte, el jardín de Raixa se había perdido, pero actualmente está recuperando su antiguo sentido sensorial».
https://www.ultimahora.es/noticias/local/2022/10/03/1802807/jardines-mallorca-largo-del-tiempo.html
El puerto de Palma registrará en octubre un nuevo récord de escalas de cruceros 03,10,2022
La Autoritat Portuària de Balears tiene programada la llegada de 87 buques, frente a los 82 que hubo en 2019
El puerto de Palma registrará en octubre un récord de escalas de cruceros. La Autoritat Portuària de Balears (APB) tiene confirmada la llegada de 87 buques, frente los 82 que se registraron en 2019. Y a lo largo del mes hay siete días en el que coincidirán cuatro barcos y uno, el día 20, que lo harán cinco.
El hecho de que octubre vaya a registrar un número tan elevado de cruceros, según la presidenta de los consignatarios en la patronal APEAM, Beatriz Orejudo, se debe a una cuestión logística de las navieras. «Muchos cruceros acaban la temporada de verano en el Mediterráneo y se van para hacer lo propio durante el invierno en Canarias, el Caribe o el Atlántico. El balance de este año es positivo, aunque todavía no hemos llegado a las cifras de 2019», apunta Orejudo.
Durante este mes está prevista la llegada de dos megacruceros , el Queen Elizabeth, que fue inaugurado por la reina Isabel II en 2010, y el Britannia, que fue botado por la reina Isabel II en 2015 como buque insignia de la legendaria compañía P&O. Ambos son la joya de la corona de las navieras británicas.
El desarrollo de la actividad de los cruceros en Palma se ha visto mediatizada por el acuerdo alcanzado en diciembre pasado en Hamburgo entre el Govern y la patronal de las navieras CLIA, con el fin de que solo pudieran coincidir al mismo tiempo en el puerto un máximo de tres buques, uno de ellos un megacrucero. El hecho de que coincidan en octubre cuatro y hasta cinco se debe a que en dicho acuerdo se concretó que habría una serie de días excepcionados.
Sancionan a un hombre por grabar su nombre en un muro del Castell de Bellver 27,09,2022
El joven fue sorprendido por el personal de seguridad del monumento
En la plaza Orson Welles se identificaron ocho personas a las que se levantaron actas por botellón. En la Plaza del Tubo se identificaron quince personas más y se levantaron diez actas por la Ley de Seguridad Ciudadana (tres por tenencia de estupefacientes y siete por tenencia de objetos para actos ilegales. También se realizaron tres informes por utilizar la tarjeta ciudadana de otra persona.
Los agentes de la Policía Local participaron también en la asistencia a un menor que sufrió una reacción alérgica en el comedor de una escuela y a un hombre que sufrió un infarto en la Plaça Drassanes.
La última peste de Europa se cebó con Mallorca 25,09,2022
Yersinia pestis ha sido uno de los patógenos que más daño ha infringido a la humanidad, provocando tres pandemias de peste negra bien referenciadas en Europa y Asia. Curiosamente, la última zona afectada por la epidemia en el Viejo Continente fue el Llevant de Mallorca durante 1820, y hay quien dice que el culpable fue el estraperlo. El destino quiso que la conmemoración de los 200 años de aquellos hechos fuera la antesala de una nueva batalla en la comarca y en toda la Isla contra un virus menos mortífero pero igualmente peligroso.
En los tiempos inmediatamente posteriores a lo peor de la pandemia de coronavirus cuesta admitir que todo tiempo pasado estuvo más plagado de dificultades que la actualidad. Coincidiendo con el segundo centenario de aquellos hechos, además de charlas y exposiciones repartidas por toda la geografía local, se puso en marcha un proyecto para obtener muestras de ADN provenientes de restos humanos de los afectados de la última epidemia de peste en Mallorca. Sin embargo, la pandemia del SARS-CoV-2 primero y la crisis energética, económica y social posterior han impedido continuar con el proyecto tal y como estaba previsto.
En concreto, el investigador Joan Riera ha elaborado un trabajo que se focaliza en las herramientas bioinformáticas que permitirán analizar las relaciones evolutivas entre las diferentes cepas del virus a lo largo de la historia, y aglutinar suficiente información para abordar el análisis de la cepa causante de la epidemia en 1820 en el Llevant de Mallorca cuando sea posible. Ello nos permitiría obtener más evidencias de lo que ocurrió en aquellos tiempos convulsos en nuestra tierra, tiempos especialmente difíciles en la parte del este y el nordeste.
Para dimensionar los hechos de los que hablamos cabe mencionar dos datos: la enfermedad causó la muerte de seis de cada diez habitantes de Son Servera y un 35 % de todos los de Artà. Muchos más ‘regaron’ la geografía de Manacor y Sant Llorenç en unos momentos en los que los conocimientos higiénicos y sanitarios eran a todas luces insuficientes, especialmente entre el común de la gente, motivo por el que el virus campaba a sus anchas. Tanto es así que se tardó semanas en establecer un cordón sanitario para aislar la zona infectada. En consecuencia, cuando se quiso actuar ya era muy tarde y la comarca estaba llena de casos.
Los datos varían algo. Unos dicen que fueron unos dos mil los mallorquines muertos por este brote. Hay quien incrementa los registros hasta las tres mil víctimas mortales. Sólo la gravedad de la pandemia de 1918 –la celebérrima gripe española– la superó y, así, la acabó por arrinconar en la conciencia social y colectiva, quedando guardada en un cajón del imaginario común hasta que los especialistas y los divulgadores volvieron a rescatarla del olvido. Hoy en día, en la localidad de Son Servera, podemos admirar la estatua de un pastoret con su capote que pretende hacer justicia y recordar a las personas que tuvieron que lidiar con aquella terrible peste de hace poco más de 200 años.
Cómo ocurrio todo. Cuenta la leyenda que hacia mayo de 1820 un barco procedente del norte de África, probablemente de Tánger, se detuvo en el litoral serverí para enterrar a un marinero que acababa de morir por un extraño mal. Tras cubrirlo con arena le pusieron un capote encima y zarparon para nunca más regresar. No pasó mucho tiempo hasta que un humilde lugareño pasara por allí, descubriera la prenda y la remendara para protegerse con ella del polvo del camino.
Su llegada a Son Servera fue fulminante, y poco a poco todos empezaron a enfermar, incluido el propio pastorcillo, que sin quererlo y por desconocimiento puso en contacto a sus gentes con una terrible enfermedad. Claro está que esta es la leyenda y no hay forma humana de comprobar si un hecho así sucedió de verdad, tal y como narra la tradición popular, que durante décadas se transmitió oralmente de generación en generación, hasta que finalmente ha quedado plasmada en papel y en formato digital.
Si la investigación que traíamos a colación al principio de este artículo ve la luz y llega a buen puerto, tal vez se podría ‘tirar del hilo’ hasta descubrir el origen de la peste que acabó con la vida de muchos en la Isla. Sin embargo los expertos coinciden en que lo más probable es que la maldita peste bubónica llegara a Mallorca a bordo de un barco, probablemente dedicado al contrabando. En esta actividad los registros y controles brillaban por su ausencia, de modo que es factible que su huésped fuera un contrabandista de la orilla sur del Mediterráneo. Es comunmente aceptado el hecho de que el contrabando fue, durante largo tiempo, la vía de penetración más corriente de las enfermedades infecciosas que llegaban a Europa procedentes de exóticos y lejanos puntos. Por eso la red de lazaretos repartida por las Islas fue fundamental en años en los que las buenas prácticas de higiene no estaban tan instauradas y la salud pública adquiría una dimensión muy diferente a la que conocemos en nuestros días.