La construcción de la fase 1 del recinto empezará en breve y estará para 2026
Las obras de demolición del emblemático edificio semicircular de Son Dureta se han adjudicado a la empresa mallorquina Melchor Mascaró por 3,5 millones de euros y se ejecutarán en 14 meses, de forma paralela, a la construcción de la fase 1 del nuevo recinto sociosanitario.
La consellera de Salut, Patricia Gómez, ha presentado este jueves el proyecto final de este edificio B que constará de tres bloques «en forma de peine» y se ubicará en el solar donde antes estaba el materno-infantil. La intención es que la construcción, adjudicada a la Unión Temporal de Empresas (UTE) entre FCC y Construye Capital «que es de Balears», esté terminada en un plazo de tres años, es decir, para 2026.
Gómez ha insistido en la mallorquinidad de las empresas que participarán en las obras del proyecto sanitario de más envergadura, tras la polémica que surgió hace más de un año (sobre todo entre las empresas de construcción) al licitar en un mismo lote y a la vez nueve centros de salud. «Esperamos que se puedan crear unos 700 puestos de empleo nuevos», ha destacado.
El recinto de Son Dureta está cogiendo forma. Si bien ya se han iniciado las obras de la residencia que depende de la Conselleria de Afers Socials; esta semana se han adjudicado, de forma temporal las obras de construcción del primer edificio sanitario que, además, como curiosidad, acogerá las oficinas de valoración de dependencia que se ubican ahora en Joan Crespí. Estos tres bloques son para enfermos de larga estancia con más de tres meses de ingreso y también contará con un nuevo centro de salud para 20.000 tarjetas sanitarias.
Este barrio, que llegó a contar con hasta 25 restaurantes, se muestra expectante y se queja de la falta de aceras y oficinas bancarias
La arquitectura de Génova bascula entre las antiguas casas y las nuevas edificaciones. | Pilar Pellicer
Génova está expectante. El nuevo complejo sociosanitario de Son Dureta se dibuja ya en el horizonte y para 2027 está prevista su reapertura. Tan solo les separan dos kilómetros pero este enclave se ha transformado después del traslado de toda la actividad hospitalaria a Son Espases.
Desde 2010, los 25 restaurantes de este pueblo se han ido desvaneciendo hasta quedarse en poco más de una docena. La meca de la comida tradicional palmensana ha visto cómo se ha ido reduciendo su oferta gastronómica pero los que quedan mantienen una buena salud. Entre los más veteranos está Can Moreno, que pasó a ser Es Racó de Génova y ahí siguen Casa Jacinto o Can Pedro, entre otros.
En el barrio, mientras tanto, hay muchos cambios. Han irrumpido los residentes extranjeros y las casas tradicionales están mutando en nuevas construcciones. Las viviendas de alto standing se están apoderando de la montaña de Na Burguesa, donde dicen que se han ido ampliando de manera ilegal.
Aparcamiento
Alfonso Robledo, presidente de Restauración CAEB y propietario del restaurante de las Cuevas de Génova, recuerda que tras el descubrimiento casual de este tesoro geológico en 1906 empezó el boom turístico en este enclave. Allí hay ahora un restaurante con aparcamiento, el gran problema de este pueblo. Robledo advierte que «Génova tiene mucho potencial y estamos pendientes de que vuelva a abrir Son Dureta».
Carlos Esteban es la segunda generación al frente del restaurante Can Pedro. «El primero abrió en 1976 y el segundo, el nuevo, en 1991. Génova empezó como un merendero donde se comían pambolis y caracoles. Luego su oferta gastronómica fue evolucionando y surgieron más restaurantes», cuenta Esteban.
Atrás quedaron restaurantes como Sa Caseta, Casa Gonzalo o Casa Tomás. «El cierre de Son Dureta se notó al principio. Son Dureta movía miles de personas con las consultas, las urgencias, la maternidad… La gente bajaba de los pueblos para ir al hospital y ya se pasaban por aquí. Lo mismo hacían médicos, enfermeras o visitadores médicos», dice Esteban.
El cierre del hospital de referencia se sumó a «la falta de aparcamiento, aunque nosotros por suerte no tenemos ese problema, y la Vía de Cintura. Antes para ir a Palma todos tenían que pasar por aquí».
Margarita Cunill Serra es una de las vecinas más veteranas de Génova. Vive junto a la iglesia del pueblo y la llaman cariñosamente la alcaldesa de la plaza. «Aquí casi todos éramos familia. Ahora no conozco a nadie. Tenemos alemanes e ingleses, pero son muy educados y te dicen ‘buenos días’ y ‘buenas tardes’».
«Somos Teruel y tenemos que decir más ‘Génova existe’. Tenemos problemas con las aceras, el alcantarillado, las luces…». Así de contundentes se muestran en la Associació de Veïns de Génova. Su presidente es Gaspar Pujol y su vicepresidente, Joan Romera ‘de la Plaça’, hijo de Margarita Cunill. «Esto se ha convertido en un lugar solo de residentes. Antes había más movimiento», recuerda Romera.
Pujol, por su parte, advierte que «tenemos un problema con el Camí dels Reis», que atraviesa toda la población de un lado a otro. «Camí dels Reis empieza en Génova y acaba en el polígono de Son Castelló. No tenemos aceras desde la antigua Casa Gonzalo hasta el cruce que sube hasta Can Pedro», añade.
Esta vía está todavía en manos del Consell de Mallorca y «el Ajuntament de Palma solo la recepcionará si está en condiciones óptimas. Tuvimos una reunión con el conseller de Mobilitat i Carreteras, Iván Sevillano, y el concejal de Mobilitat, Francesc Dalmau, hace ya dos años. Hubo un compromiso de que haría una acera porque es muy peligroso caminar por aquí. Han pasado dos años y yo cada seis meses les mando un email al Ajuntament y al Consell para que se acuerden de nosotros».
Génova sufre los problemas de una pequeña población que se va quedando sin servicios. Hay un pequeño supermercado, una papelería, aunque el propietario se jubila este año, un bar y una peluquería. «No tenemos ni banco y ya nos han dicho que el cajero automático se irá de aquí. Antes había dos sucursales bancarias», dicen los vecinos.
Los 2.700 habitantes de Génova están pendientes de lo que pasará con la carretera de acceso hasta Na Burguesa, cuya cima se ha convertido en un punto de botellón. La suciedad es una de las principales quejas. «Tuvimos una reunión con el Obispado de Mallorca, propietario de la ermita, la asociación de vecinos, los residentes de Na Burguesa y el Ajuntament. El Obispado propuso colocar una barrera para que solo tengan acceso los vecinos», dicen desde la entidad vecinal. El camino está en malas condiciones. Han pasado muchas décadas desde que se construyera «con el dinero de los genoveses. Incluso se sorteó un 600 para recaudar dinero». Génova está a la expectativa y sus vecinos creen que de aquí a cinco años las cosas pueden volver a cambiar.
El edificio semicircular finalmente será derribado para poder crear zonas de esparcimiento donde los pacientes, que se prevé que tengan estancias medias de 2 y 3 meses, puedan socializar
El nuevo complejo sociosanitario que se edificará en el solar donde aún se alzan parte de los restos del viejo hospital de Son Dureta comenzará a funcionar con todos los dispositivos asistenciales con los que contará de manera simultánea -el hospital de larga y media estancia, el nuevo centro de salud que atenderá a la barriada y el nuevo servicio de Urgencias de Primaria (SUAP)-a finales de la próxima legislatura, se comprometió ayer el director general del Servei de Salut, Manuel Palomino.
El alto cargo confirmó que ya han limado todas las diferencias que mantenían con el ayuntamiento de Palma y que finalmente, pese a que el Colegio Oficial de Arquitectos de Balears pidió que se conservara, el edificio semicircular hospitalario será derribado.
Zonas comunes en los extremos
Palomino argumentó que la demolición está justificada porque la actual edificación es de mayor grosor que la proyectada e impediría crear en ambos extremos del mismo las zonas de esparcimiento para que los pacientes, la mayoría de los cuales está previsto que permanezcan ingresados entre dos y tres meses, puedan socializar.
Cómo se recordará, el Colegio de Arquitectos apuntó a que el derribo y posterior reconstrucción de un edificio es una práctica que «va en contra de la reutilización adaptativa de los edificios que actualmente es habitual en toda Europa a la hora de intervenir en construcciones existentes». Además, subrayó que la reconstrucción de un edificio derribado «nunca podrá llegar a tener los valores del original» y «simplemente será otra cosa».
Actualmente está en proceso de licitación la construcción de la primera fase del nuevo complejo de Son Dureta, el hospital de larga estancia, que contempla tres edificios conectados por diferentes niveles por medio de pasarelas. Esta área está destinada a pacientes que necesitan cuidados especiales, de mayor complejidad y para pacientes que no pueden estar en su domicilio. Contará con una zona de hospitalización de 240 camas, una área ambulatoria para 80 pacientes por día, espacios de rehabilitación, consultas externas y una área de valoración funcional.
Dentro del complejo sanitario también habrá un centro de salud para atender a unos 20.000 usuarios de esa barriada de Palma y un servicio de urgencias de atención primaria (SUAP) para unos 120.000 usuarios. El presupuesto base de licitación de la contratación es de 93,8 millones de euros, detalló el Servei de Salut.
El director general del Servei de Salut reveló que este nuevo SUAP del complejo sociosanitario de Andrea Doria contribuirá a una nueva reestructuración de los servicios de urgencias de Atención Primaria que, adelantó, dispondrán de puntos de observación y podrán realizar analíticas.
Así, explicó Palma contará con cinco centros de salud que a las ocho de la noche continuarán abiertos hasta las ocho de la mañana del día siguiente para atender las necesidades asistenciales de menor gravedad de sus usuarios, las que no requieran desplazarse hasta un servicio de Urgencias hospitalario.
Así, los palmesanos podrán utilizar el nuevo SUAP del complejo de Son Dureta, el que se edificará en el recinto de Bons Aires que sustituirá al actual de s’Escorxador, el nuevo de la Soledat y los dos ya existentes de Escola Graduada y Son Pisà que Palomino garantizó que continuarán.
Los análisis determinan que la estructura actual, de los años 50, no aguantaría la carga
Ésta es la imagen que tendrá el nuevo Son Dureta una vez finalicen las obras. Hasta el momento se ha finalizado la demolición de la zona B y se ha empezado la construcción de la residencia | CAIB
Durante el año en que se inició la pandemia se dieron por concluidas las obras de demolición del complejo deSon Dureta que ahora espera ver cómo se inicia la construcción de nuevos edificios. Sin embargo, si bien en el proyecto inicial se mantenía la estructura semicircular, la más característica del antiguo hospital de referencia, los análisis de cargas de infraestructuras recomiendan derribarlo y construirlo de nuevo, exactamente igual. Y es que el edificio, que data de finales de los año 50, no se estima capaz de aguantar las cargas.
En la denominada parcela área A se prevé la demolición del edificio semicircular y de todos los anexos. En su lugar se erigirán tres nuevas infraestructuras, una de ellas el mismo edificio semicircular actual. En esta zona se construirá un hospital de media estancia (estimada en 30 días) y se destinará a pacientes que reciben tratamientos, curas y rehabilitación para recuperar su autonomía. La zona de hospitalización tendrá 300 camas, también habrá un área ambulatoria con capacidad de atender a 80 pacientes por día, además de acoger a equipos de curas paliativas, banco de sangre o área logística y de servicios.
El edificio se volverá construir por seguridad. Foto:J.MOREY
El presupuesto base de licitación de esta contratación es de 5.890.497 euros. A los que habrá que sumar 87.989.412 euros para la construcción de los edificios del área B. Precisamente ayer el Consell de Govern autorizó al IB-Salut a contratar las obras de construcción del nuevo Son Dureta cuya licitación se espera para el mes de octubre. Una vez se hayan empezado las obras su duración estimada es de 14 meses para el área A, y otros 36 meses para la parcela B. Como se recordará, el proyecto pretende recuperar este espacio emblemático para adaptarlo a las nuevas necesidades. Su uso se centrará en personas mayores y con problemas crónicos que requieren una atención especial y estancias más largas.
Dos ambulancias han trasladado a los heridos, que han sido detenidos, hasta el hospital de Son Espases
Imagen de la fachada del ‘pub’ tomada este lunes. | T. Ayuga
Dos hombres, que son pareja sentimental, han resultado heridos, uno de ellos de gravedad, la mañana de este lunes tras agredirse mutuamente con botellas de cristal conocido local ‘after’ de la calle Joan Miró, en Palma.
Según fuentes policiales, los dos varones han empezado una discusión en el interior del local. En un momento dado, y tras subir la temperatura del intercambio de palabras, ambos han cogido sendas botellas de cristal y se han agredido en distantas partes del cuerpo. Uno de ellos se ha llevado la peor parte, ya que ha acabado con heridas profundas en la cara y en el cuello.
Dos ambulancias medicalizadas han trasladado a los heridos hasta el hospital de Son Espases. La Policía Nacional ha procedido al arresto de ambos hombres, de nacionalidad marroquí y colombiana, por un delito de malos tratos y lesiones. Cuando mejoren de las heridas está previsto que se les tome declaración.
Una mujer, vecina de la barriada de Gomila, denunció en la madrugada de este pasado lunes haber sido víctima de una violación.
En torno a las 02.10 horas, agentes del Cuerpo Nacional de Policía fueron requeridos por sus compañeros de Policía Local para que se hicieran cargo de una presunta agresión sexual. Al entrevistarse con la víctima, la mujer –que se encontraba muy alterada y nerviosa– declaró a los policías actuantes que, unos minutos antes, había bajado de su domicilio a la calle y se encontró con dos hombres de color a los cuales conoce del barrio.
Es más, la agredida facilitó una completa descripción física de ambos y el apodo de uno de ellos.
Tras consumir droga juntos, uno de ellos comenzó a manosearla. Acto seguido, recuerda que se bajó los pantalones y la penetró manteniendo relaciones sexuales completas en la vía pública. En su declaración inicial también puntualiza la víctima que uno de los dos hombres que la violaron le inyectó algo en el brazo, sin poder precisar el contenido del líquido.
Los policías recomendaron a la mujer que acudiera al hospital de Son Espases para someterse a un examen facultativo en profundidad e interponer la correspondiente denuncia. Una vez en el centro médico, la mujer se negó a ser atendida. Declinó también formalizar la denuncia a la policía. Alegó que tenía miedo de sus presuntos agresores.
El Grup de Nutrigenòmica de la UIB, dirigido por el doctor Andreu Palou, ha iniciado una colaboración con los hospitales universitarios Son Espases y Son Llàtzer para encontrar nuevos tratamientos contra el COVID-19 a partir de fármacos que las administraciones sanitarias ya han autorizado para tratar otras patologías.
Los investigadores estudiarán los efectos de diversos fármacos autorizados sobre la acción del virus mediante un sistema desarrollado por el equipo del doctor Palou, a su vez director del Laboratori de Biologia Molecular, Nutrició i Biotecnologia de la UIB. En paralelo, también estudiarán los efectos que tienen los mismos fármacos y combinaciones pautadas en enfermos de coronavirus y su relación con las características y la evolución de los pacientes.
El objetivo de esta iniciativa científica es conectar la información de personas sanas y células aisladas con la respuesta de pacientes en diferentes momentos de la evolución del COVID-19. La ventaja de esta conexión es que en las células se pueden testar múltiples combinaciones y dosis, seleccionar las más efectivas y contrastarlas. De esta manera, se pueden crear estrategias terapéuticas nuevas.
En caso de que esta investigación obtenga unos primeros resultados potencialmente útiles en un plazo aproximado de tres meses desde su inicio, se planteará la expansión del estudio.
Además del Grup de Nutrigenòmica de la UIB, que está integrado en el Institut d’Investigació Sanitària de les Illes Balears (Idisba), también participan en el proyecto investigadores clínicos de los hospitales universitarios Son Espases y Son Llàtzer. También colabora Alimentómica SL, empresa surgida de la UIB que se encarga de realizar las determinaciones geonómicas en las muestras.
Actualmente, el Grup de Nutrigenòmica también trabaja en acelerar la licencia a una empresa multinacional de una tecnología que se presume útil en la investigación sobre el COVID-19.
En los últimos 20 años, Andreu Palou ha desarrollado modelos exitosos en la investigación de vacunas contra la gripe y contra otras infecciones virales respiratorias.
JOHNY GUITAR & FRIENDS 